jueves, 15 de febrero de 2007

San Valentín para el Sr. Presidente.


Viendo las noticias tranquilamente sin prestar mucha atención, terminé viendo el programa “En Corto”, en el que se pasan notas farundu-políticas entre otras de ésta índole.

Lo que me llamó la atención del “En Corto” de hoy, no fue solo la increíblemente guapa presentadora Gaby Díaz, sino que las avezadas chicas de este programa le llevaran serenata al Presidente de la República, el Asambleísta, Rafael Correa, quien recibió encantado al trío de música nacional, y cantó con este grupo además el tradicional “Aguacate”, pero que sin embargo, cuando la señorita periodista se acercó para darle un ramo de flores, el multifacético Presidente se negó a aceptarlo, alegando que el día del amor para él es cualquiera de los restantes menos ese, porque no se deja llevar por imposiciones.

Me parece muy decente la posición del Presidente, porque la celebración de este día es evidentemente comercial, y el mayor amor que se puede expresar es el del amor al dinero, ya que como nunca en las calles de Quito, se encontraban más vendedores de flores que nunca, los bazares y otras tiendas parecidas sacaban sus productos para lucirlos en las calles con la esperanza de vender un poco más tras la sensible baja de las ventas después de Navidad.

Claro está que también me parece que esta fecha cada un debe vivirla como se la antoje, y me gustaría recordarle al Sr. Presidente, que si bien este día es muy comercial e impuesto, también hay que recordar que este día, por ser tan comercial precisamente, permite aumentar las ganancias a un negocio estrictamente nacional, como es el de la exportación de flores, que por estas fechas vende más que en cualquier otra celebración.

Así pues resulta que un día comercial impuesto que no es celebrado en el ámbito personal del Presidente, si debería ser celebrado por muchos otros ecuatorianos, tanto grandes floricultores como otros, de negocios más pequeños, que logran mejorar sus ingresos a través de un 10% de amor y un 90% de marketing (triste, pero así es). (Quien quita y por el mismo Presidente, puesto que le beneficiará en la balanza comercial)

Aún así, debo confesar que yo tampoco celebro esta fecha como mi enamorada lo esperaría, pero me quedo con las personas a quienes les aflora el sentimiento, y sin hacer nada “comercialmente correcto”, festejan este día con sus amad@s, como mi hermano menor, quien muy románticamente hacía alguna manualidad por si mismo para su enamorada; me parece que en ese caso la celebración de este día no fue ni tan inútil como lo es para el Presidente, ni tan económica como lo fue para mi.