Se terminó el plazo para hacer campaña, ahora a votar con conciencia.

Ya sea por el si o por el no, el tiempo legal para hacer maniestación pública sobre ello terminó la noche de ayer jueves, dejándonos la tarea de analizar en nuetro fuero interno cual será la mejor decisión para el Ecuador, tanto a corto como a largo plazo.

Varios han ido los movimientos y partidos políticos que han aprovechado el tiempo para apoyar a una u otra tendencia, y si algo ha quedado claro en esto últimos días es que esto comportamientos se realizaron dentro de un ambiente político y las razones juridicas utilizadas por las partes eran simples adornos de las posiciones políticas de unos y pragmáticas de muchos más.

Los resultados de la consulta popular del domingo no serán conocidos con exactitud sino hasta unas 48 horas después, tiempo que muy probablemente se convertirá en una guerra de nervios para los más apasionados en cada bando, sin embargohay que apuntar que los resultados deben ser acatados por todos, ya sea que la decisión soberana nos guste o no, ya sea que nos parezca que ha sido manipulada o no, solo hay que aceptarla y aceptar que en este tipo de situaciones se vive la democracia, aunque las voces que griten fraude se escucharán, de cualquiera que pierda, eso es lo más seguro, ya que esta acusación es siempre lanzada al viento tras un sufragio, por lo que no ha de tomarnos por sorpresa en realidad.

El Tribunal Supremo Electoral es el órgano encargado de garantizar el proceso, pero entre dudas y rabos de paja, será difícil que la opinión pública esté satisfecha con el trabajo que realice, nunca ha estado y en la actual situación de este organismo será mucho peor.

Por último cabe señalar que el amiente electoral no nos debe nublar la visión para exigir cuenta de los gastos de campaña de todo los sectores que se han manifestado en este periodo, puesto que sería terrible encontrar que el gobierno ha utilizado fondos públicos ara auspiciar a movimientos privados, o que grupos específicos se han aprovechado de otros para publicitarse.