martes, 30 de enero de 2007

Un país con dueño


No. No se trata de Ecuador, puesto que este tiene algunos que se reparten el país. Es una pequeña y abandonada plataforma en el mar, Sealand, misma que era parte de un fortín británico en la segunda guerra mundial, que fue auto-declarada propiedad de un tipo, Roy Bates, mayor del ejército británico, cuyas capacidades mentales serán las de un demente o de un genio, o ambas, o ninguna, que más da, pasó a ser un país con moneda, sellos postales e inclusive una casta real, que está obviamente encabezada por el sujeto en cuestión quien se declaró príncipe.

Lastimosamente para él, la plataforma está lejos de ser un castillo, pero se aplicaría el conocido dicho que la casa de un hombre es en verdad su castillo, más aún siendo éste de sangre real.

Así pues quien desee hospedarse en este inhóspito lugar, debe estar dispuesto a dormir en barracas y con el susurro de unas grandes turbinas de energía.

Inclusive la armada inglesa intentó sacar al príncipe de la famosa plataforma, pero se decidió que no se podía pues ésta estaba más allá de los límites del mar territorial británico, que según su legislación contiene las aguas entre las costas y tres millas de distancia.

Sui géneris historia que demuestra que en el mundo hay todo tipos de caso, y para los estudiosos del Derecho Territorial, sería un digno caso de estudio, y quien quita de alguna que otra tesis en la materia, aunque claro está este tipo de aventuras no son reconocidas por la comunidad internacional.

El cuento éste termina ahí, pero si meditamos un poco sería la solución para deshacernos de esos algunos que nombré al inicio, claro, saldría un poco caro construir plataformas a doscientas millas de distancia de la costa, para que estén fuera del mar territorial, ya que así determina la Constitución que serán los límites marítimos del Estado, pero sería una inversión que tendría el noble objetivo de eliminar uno que otro dueño del país, y uno que otro más que empieza a intentar esa empresa, y así verdaderamente podríamos empezara a refundar la nación.